Tecnologías en el espacio público: De “Los Ojos en la calle” a los “Ojos de la Ciudad”

Debe haber ojos en la calle, ojos que pertenezcan a aquellos que podríamos llamar los propietarios naturales de la calle. Los edificios equipados para manejar a extraños y para garantizar la seguridad tanto de residentes como de extraños, deben estar orientados a la calle.

-Jane Jacobs

Vista aérea de la Plaza la Marimba. Foto de Fundación Placemaking México.

En su libro “The Death and Life of Great American Cities”, Jane Jacobs propuso el término “Ojos en la calle” para referirse a cómo la manera en que está diseñada una calle y los edificios que la rodean puede promover la visibilidad y, a su vez, la seguridad de la misma. Este principio se basa en que, simplemente, las personas cuidan los espacios que les interesan y un mayor flujo de personas en un sitio (una mayor cantidad de ojos en la calle), significa mayor seguridad. Los vecinos, dueños de locales y personas que frecuentan el sitio, suelen ser los “ojos” del lugar, pues se reconocen entre ellos, tienen conocimiento acerca de su historia, usos y los tipos de personas que lo frecuentan. 

Para quienes hacemos Placemaking, siempre ha sido importante observar el modo en que distintos tipos de personas interactúan con el espacio urbano a intervenir. Por este motivo, los vecinos con “ojos” en la calle, suelen ser excelentes aliados y enlaces comunitarios para el mejoramiento del espacio público. Ellos conocen mejor que nadie las necesidades del sitio, al final de cuentas, el Primero de los 11 Principios de Placemaking es “La Comunidad es la Experta”. 

Resultados en Plaza la Marimba, Fotografía de Fundación Placemaking México.

Por ejemplo, en 2020,  realizamos el proyecto “Plaza la Marimba” el cual comenzó como jornadas de urbanismo táctico para procurar una área inutilizada de la calle, que iba en contra del sentido vial. Esto generaba un riesgo de accidentes automovilísticos alto y presentaba un peligro para los peatones, que comenzaban a apropiarse del sitio. El proyecto terminó en la creación de una plaza agradable llena de vida, con vegetación y comercios, personas comiendo durante su hora libre, un módulo de atención ciudadana y una gran cantidad de transeúntes. 

Resultados en Plaza la Marimba,  Fotografía de Fundación Placemaking México.

Este proyecto no habría sido posible sin nuestros “Ojos en la Calle” la Señora Enedina, una líder comunitaria, dueña de un local que se encuentra a un costado de la plaza y vecina del edificio de enfrente. Ella nos ayudó a conocer las debilidades, fortalezas y necesidades del lugar, a vincularnos con la red vecinal y darle un sentido identitario a la plaza: una marimba de colores representando a la comunidad chiapaneca que vive en la colonia y a su historia de músicos célebres. 

La señora Enedina (del lado izquierdo) dio una plática acerca de la Plaza y la colonia durante el Campamento Placemaking 2023.  Fotografía de Fundación Placemaking México.

Este ejemplo sirve para ilustrar la utilidad de estos “Ojos en la calle” bajo la perspectiva de Placemaking. Ahora bien, hay quienes insisten que con las revoluciones tecnológicas continuas y la llegada de la era de la información que caracteriza a nuestros tiempos, estas relaciones están por cambiar. 

Imagen de la perspectiva de las inteligencias artificiales en el espacio público, parte de la exposición “Eyes of the City”, titulada “Landscape”, créditos a MIT y AMS.

A finales del 2019, en la Bienal de Arquitectura de Shenzhen, se presentó la exposición “Eyes of the City” de Carlo Ratti, que justamente habla de cómo las nuevas tecnologías, en especial la inteligencia artificial, cambiarán la experiencia urbana. Por medio de instalaciones de fotografía y datos recopilados, la exposición explora la manera en que las tecnologías de reconocimiento facial, los sensores y demás herramientas que recopilan información, tendrán un efecto en el modo en que vivimos y experimentamos las ciudades. Estos “Ojos en la calle” presentan oportunidades emocionantes en materia de diseño urbano; sin embargo, también tienen sus peligros, pues podrían promover un estado de hipervigilancia que perjudique de manera diferenciada a grupos vulnerables y fomente las relaciones de poder. Dicho esto, la exposición nos invita a procurar el factor humano e involucrar a las personas en los procesos de adaptación de estas nuevas tecnologías en el espacio público. 

Imagen de la perspectiva de las inteligencias artificiales en el mapeo de calles, parte de la exposición “Eyes of the City”, titulada “Minimum Fleet”, créditos a MIT Senseable City Lab.

 Es cierto que ya desde hace algunas décadas las nuevas tecnologías han cambiado la manera en que nos relacionamos con el espacio público. Desde las guías de navegación para automóviles hasta plataformas que nos permiten calificar los lugares que visitamos, el cambio lleva tiempo sucediendo. Es importante recalcar que esta “era de la información” e inteligencias artificiales, puede significar también una mayor democratización del espacio público.

Ejercicio realizado para el taller de Placemaking en Culiacán, Sinaloa. Fotografía de Fundación  Placemaking México. 

¿Puedes imaginar un sistema de inteligencia artificial que ayude a conocer las líneas de deseo para los cruces peatonales? ¿O una plataforma donde ciudadanos puedan reportar baches y problemas de infraestructura a sus gobiernos locales? Es sabido que las nuevas tecnologías han apoyado el uso de presupuestos participativos, para facilitar su alcance y mejorar sus sistemas de medición de impacto. Otro ejemplo son las tecnologías para la transparencia, que se han desarrollado recientemente como herramienta para combatir la corrupción y beneficiar la democratización social. Es claro que el crecimiento tecnológico ha beneficiado nuestra relación con el espacio público, y ahora que entramos en la era de la inteligencia artificial, lo importante en este proceso de crecimiento tecnológico será no perder de vista el factor humano.  

Campaña de Placemaking con la comunidad de Totolac, Tlaxcala. Fotografía de Fundación  Placemaking México.

Con esto en mente, en Fundación Placemaking México continuamente buscamos maneras novedosas de medir los espacios, su funcionalidad y sus áreas de oportunidad. Esto, con el objetivo de realizar las mejores intervenciones posibles de la mano de las comunidades, y medir el impacto y los beneficios posteriores. 

Actualmente, nuestro sistema de métricas está basado en encuestas, datos cualitativos y cuantitativos, pero lo actualizamos y perfeccionamos de manera continua. 

Para nosotros será interesante evaluar cómo nuestro modo de operar va cambiando con las nuevas tecnologías. Tan solo podemos imaginar las posibilidades: apps móviles donde usuarios puedan identificar y anunciar problemas en los espacios públicos de su comunidad, censos y encuestas de opinión hechos completamente en línea, mapas de inteligencia artificial que señalan con mayor precisión que el ojo humano, todos los aspectos destacables de un espacio… Lo más importante en estos procesos de avance tecnológico es que no se pierda de vista a las personas que habitan y le dan alma a un lugar,, y que nuestro modo de operar siempre ponga al centro el beneficio que podamos brindar a las comunidades. Hoy más que nunca es crucial buscar la democratización de las nuevas tecnologías que se implementan en el espacio público, para asegurar que está siendo creado por y para todos.